
Aun recuerdo aquel día, ese concierto de bossa nova, en aquel lugar y con esa lúgubre luz.
En esos momentos me zambullí en el saxo de aquel tipo, y entonces comencé a bucear, el sonido se desvanecía, y la temperatura era la misma que si estuviese en el vientre materno...
Entonces fue cuando de repente, como si de un pez se tratase, salí del agua, mire al cielo y era de noche, estaba en un bosque, en uno desde el que se veían las estrellas mejor que las había visto jamás…
Y un segundo mas tarde volví a escuchar la música, y sentí mi cuerpo triste sentado en aquel taburete frio...
Fotografía: Flickr
Texto: Iris Aguilera